10 hábitos saludables para un Internet más seguro
1. Actualiza ahora.
Activa las actualizaciones automáticas en todas las aplicaciones que
utilices a diario. Asegúrate de que están activadas en tu sistema
operativo, navegador de Internet, programa de correo, lector de
PDF… Deberás instalarlas siempre que haya alguna disponible. El tiempo
que se pierde actualizando el sistema es insignificante comparado con el
beneficio que proporciona la protección adicional contra malware, hackers…
2. Mantén limpio tu ordenador.
No solo nos referimos a mantenerlo presentable, que también. Hemos de tener un buen software antivirus
instalado y actualizado. En caso de utilizar un ordenador que no sea el
propio, conviene realizar un pequeño chequeo de seguridad (como, por
ejemplo, comprobar qué software antivirus tiene instalado y
cuándo se realizaron las últimas actualizaciones de la base de datos de
virus) antes de introducir en él contraseñas o números de tarjetas de
crédito.
3. Tu teléfono móvil es un ordenador.
Repite este mantra a menudo. Los teléfonos móviles ejecutan programas. También malware y
virus. Esto quiere decir que las mismas medidas de protección que
debemos aplicar a los ordenadores (antivirus, actualizaciones, utilizar software de
sitios confiables...) son exactamente igual de válidas para los
teléfonos. Actualmente guardamos más información personal crítica en el
teléfono que en el ordenador, así que repite el mantra: Mi teléfono móvil es un ordenador.
4. Ay las contraseñas…
Aquí tenemos dos opciones. O utilizamos un buen gestor de contraseñas
o utilizamos algún truco para recordarlas. Es peligroso utilizar la
misma contraseña para todos los servicios que utilizamos. Hay varios
trucos adecuados, como utilizar tarjetas de contraseñas o utilizar
frases para que la contraseña sea más larga. Haz una prueba:https://howsecureismypassword.net
5. Enlaces peligrosos.
Actualmente, los enlaces en Internet nos hacen la vida más sencilla,
permitiéndonos acceder a servicios mediante un solo clic.
Desafortunadamente, los criminales saben hacer buen uso de estos
enlaces, dirigiendo a los usuarios hacia sitios plagados de malware o ransomware.
Hay maneras de estar relativamente protegidos. No quiere decir que haya
que conocer cada sitio en Internet. Simplemente no hagas clic en ningún
link que te llegue por correo o mediante un mensaje instantáneo (Mi teléfono móvil es un ordenador)
que no hayas solicitado. Un ejemplo para ilustrar esto: si recibes un
mensaje de tu banco acerca de un «asunto importante, haz clic aquí para
leerlo», simplemente entra en el navegador y accede al sitio de tu banco
manualmente, no pinches en el enlace.Un segundo tipo importante de enlaces fraudulentos en Internet consiste en los anuncios y banners del tipo «tu PC está en peligro», «recoge tu premio» o «haz tu PC más rápido». Casi todos son peligrosos.
6. No seas ingenuo.
Los timos son los de toda la vida: ni loterías inesperadas ni
negocios millonarios ni Mercadona regala cheques de compra ni los de
Whatsapp van a dejar de cobrarte si envías un mensaje a 10 personas.
Normalmente los mensajes que te proponen ganar dinero o ahorrarlo, y
algunas veces con la condición de que envíes el mensaje a muchas
personas, en realidad tienen un propósito bien distinto. Cuando los
envías a tus contactos puedes perjudicarlos más que beneficiarlos. En
general, desconfía de las cadenas y asegúrate de que su contenido es
fiable antes de reenviar el mensaje.
7. Informa de las amenazas.
Las amenazas en Internet no se limitan a los fraudes y los virus.
Abusones, provocadores, acosadores… son sujetos más comunes de lo que
desearíamos en Internet. Los niños y adolescentes son muy vulnerables a
este tipo de amenazas y son incapaces de reaccionar de manera correcta
ante ellas. La mayoría de los foros y plataformas permiten bloquear a
algunos usuarios e incluso «informar de conductas inapropiadas» a los
administradores de la plataforma. Utiliza estos recursos sin vergüenza.
Están para eso. Para que las personas que se sienten ofendidas puedan
protegerse. En primer lugar, informa de los comentarios ofensivos o
violentos; en segundo lugar, informa del atacante. Estas mismas reglas
se aplican al contenido inapropiado.
8. No todo el mundo es tu amigo.
Una regla simple en el mundo real. No te haces amigo de un
desconocido instantáneamente. Inconscientemente, obtienes referencias,
estudias sus actitudes, le conoces… La misma regla es válida en
Internet. No te fíes ciegamente de alguien que acabas de conocer, no le
envíes fotos o compartas tu ubicación con él. Sigue las mismas reglas
que en el mundo físico.
9. Las redes sociales.
¿Qué te parecería colgarte un cartel en la espalda anunciando que te
vas de vacaciones durante 20 días? ¿Enviarías tus fotos en bañador a
toda la ciudad? ¿Por qué lo haces entonces en una red social? Las redes
sociales son muy abiertas. Es necesario revisar bien las cláusulas de
privacidad y saber lo que se comparte y con quién. Los amigos de lo
ajeno saben aprovechar bien este tipo de redes, pero no es solo eso, se
puede obtener muchísima información de una persona a través de las redes
sociales. Vigila lo que compartes, pueden utilizarlo en tu contra.
Muchas prácticas de ciberacoso provienen de contravenir esta regla.
10. Habla con tus hijos. Y con tus padres.
Las reglas de las que hemos hablado son bastante sencillas para todas
las personas habituadas a utilizar Internet en el día a día. Pero no
son obvias para dos grupos que generalmente se acercan a los ordenadores
sin los conocimientos adecuados. Los niños y los mayores. Es importante
enseñar a estos dos grupos de personas a utilizar el ordenador con
precaución y a protegerse de las amenazas en línea y de los
cibercriminales. Es importante explicarles que no todo lo que ven en
Internet es verdad. Toda la información que se obtenga online debe verificarse.
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