¿Es un SSD la mejor actualización para tu equipo gaming?

Los discos SSD llegaron para revolucionar el mercado. Con sus tiempos de lectura y escritura desorbitantes y sus elevados precios, cambiaron el paradigma de lo que suponía un tiempo de carga aceptable en un equipo doméstico. Desde entonces, muchos usuarios han confiado en esta tecnología para servir en el almacenamiento de su equipo. Pero de igual manera, muchos usuarios aún encuentran sus precios demasiado elevados, y ven con demasiada atracción el precio/gigabyte que ofrecen sus HDD convencionales. De estas dos situaciones surge la pregunta que arrojamos hoy ¿Un SSD es una mejora justificable en un equipo para jugar? Y para responder tenemos dos posturas muy claras y diferenciadas.


La experiencia de uso diariaPor un lado, está la experiencia como usuario del equipo. Pues un PC no suele tener como único cometido jugar, y en muchas ocasiones es también una herramienta de trabajo. Un SSD hará a esa herramienta más rápida y fiable. Supondrá una mejora sustancial y apreciable en el uso diario del equipo desde el mismo instante de su instalación. Una característica muy poco extendida en el mundo del hardware, donde los datos de rendimiento suelen ser pequeños y continuados.

¿Es un SSD la mejor actualización para tu equipo gaming?
Como podemos ver, incluso un SSD de bajas prestaciones y capacidad ofrece una velocidad de lectura que ronda los 500 MB/s mientras que la del HDD más rápido que podamos comprar no pasará la mitad de dicha cuantía. Esto mismo se repite en la escritura, aunque de un modo menos agresivo en los modelos de SSD más humildes. Por esta razón, un SSD es una de las mejores compras que puedas hacerle a un PC ya entrado en años que tenga ciertos problemas de velocidad. El salto será sustancial, será casi un PC distinto.
El SSD a la hora de jugar
Pero, ¿qué pasa en los juegos?, ¿tiene el mismo impacto? La respuesta es un rotundo No. Un SSD no influirá de forma sustancial en el rendimiento de nuestros títulos (tal vez algún FPS aquí y allá, pero nada justificable). La respuesta sencilla a esto es que nuestros juegos cargan los datos que necesitan en la RAM de nuestro PC, mientras que las texturas y similares estarán a cargo de la memoria de nuestra gráfica. El disco de almacenamiento sólo se le dará uso a la hora de volcar dichos datos sobre estos dos elementos, que resultará en las famosas pantallas de carga. Por esta razón, un SSD sólo mejorará los tiempos de carga de nuestros juegos.
Teniendo esto en cuenta es difícil justificar un gran desembolso en un SSD de gran capacidad si la amplia mayoría de esta va a ir dedicada a nuestros juegos. Para eso ya están los HDD con su gran capacidad y su genial precio. ¿Hace esto que un SSD no es una buena compra para un equipo? Nada más lejos de la realidad. No nos engañemos, un SSD es una compra excelente y su velocidad será patente en cada día de uso que le demos. Pero si nuestro presupuesto es limitado no debemos priorizar grandes capacidades más allá de sistema operativo y programas que usemos habitualmente en nuestro equipo.

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